Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://lillicvoz354538.answerblogs.com/38898254/el-momento-en-que-zidane-perdió-la-calma